Sentirnos tristes no es malo. Cómo sabríamos que estamos felices sin conocer la tristeza.
Lo bonito de la vida no es ser feliz cuando tienes todo lo que quieres y las cosas van bien, es pensar positivo cuando van mal.
Eso no es fácil, hay que practicar, pero es muy satisfactorio.
Y claro que hay de problemas a problemas por los que llorar, hay que darnos tiempo de vivir nuestra tristeza, pero no quedarnos ahí demasiado.
A veces nos decimos «Deja de pensar en eso». Igual nos mantenemos ocupados, vamos a trabajar o a salir con amigos, pero no se pasa porque necesitamos pensar las cosas a fondo.
Si estás triste, por lo menos estás, vives, y mientras vivas, luego puede pasar otra situación que te haga sentir mejor y vuelvas a ser feliz.
Imagínate que una persona que tú sabes está pasando por una mala situación, te sonríe.
Te sorprendes porque a pesar de todo lo que le pasa se ve que es fuerte. Y eso es porque esa persona sabe que si sale con una cara triste quizá nadie le quiera hablar, y nadie la podrá hacer sentir mejor.
A veces necesitamos a alguien más, pero también buenos pensamientos propios son buena compañía.
Decirnos a nosotros mismos que la tristeza solo es momentánea funciona.
Es verdad, no vas a estar sufriendo por lo mismo toda la vida, en algún momento vas a escuchar un chiste y te vas a reír.
Eso que ahora te entristece habla de los sentimientos que tienes, y si puedes sentir tanto dolor, también tienes la capacidad de sentir una felicidad inmensa.
No te preocupes. Si no tienes algo o alguien que quieres es porque hay algo mejor, o algo que debes aprender.
Date el tiempo de estar triste, porque si estás triste ahora, vas a estar feliz después, no lo dudes.
Más nos vale esperar y luchar por esos momentos que nos regalan la felicidad de nuevo.
Sería peor vivir en una monotonía siendo felices siempre y no sabiendo lo feliz que eres porque nunca has estado triste.
Lo importante es que si estás triste ahora, no te impidas ser feliz después. Todo pasa.
Si Creemos Que Se Puede, Se Podrá; Si Creemos Que Es Imposible, Lo Será
Los católicos miramos en el libro de Habacuq: «Es todavía una visión de algo lejano, pero que viene corriendo y no fallará; si se tarda, espéralo, pues llegará sin falta». Esas son palabras de esperanza para refugiarnos en la fe.
Los problemas están, pero si nos mantenemos con los ojos bien puestos en Dios, no hay razón para temer, pues ya alguien vino, hizo lo que pudo, y puede hacer más siempre.
En el pasaje de Mateo 14, 22-23 dice que Pedro sintió miedo y comenzó a hundirse, pero antes de eso, cuando solo veía a Jesús, fue capaz de caminar sobre el agua.
Y ese caminar sobre el agua se refiere a no dejar que el pensamiento de «Es imposible» o «Yo no puedo» nos desenfoque.
Dios está con nosotros. Necesitamos fe para pensar más en Él que en los problemas, y así no hundirnos.