No hay amor más grande que dar la vida por los amigos, Nuestro Señor Jesucristo lo hizo, también muchos santos y santas.
Dar la vida suele referirse a la vida terrena, por ejemplo, los que fueron fusilados por defender su fe, sin embargo, hay algo en lo profundo.
Si se da la vida sin valentía, como en plan “pues, ya que”, ¿eso es darla? No, se trata del amor con que se da.
También se puede dar la vida sin perder tu vida terrena, por ejemplo, cuando ayudas a un pobre, un enfermo, porque te estás privando de algo terrenal.
Quizás es una fracción de tu tiempo, es un servicio a la comunidad o a un prójimo, pero todo acto de amor también es dar la vida, abandonándote a ti, tus intereses, para servir a otros.
Hay cosas en esta vida que son un espejismo, vana ilusión.
Para muchas personas, buscar el éxito o el dinero, es bueno. ¿Y tú sabes que pierdes el cielo? Además, Lo que ganas no dura mucho.
Más vale no perder la vida eterna, que Nuestro Señor ganó para nosotros, a perder la vida terrena, que es un suspiro.
Como católicos, se renuncia a bienes de este mundo por amor a Dios, y por nuestro propio bien.
Pues el Señor es tan benevolente que no prohíbe las cosas porque sí y ya, lo hace porque sabe que hay cosas que rompen nuestra relación con Él.
Y como humanos, no tenemos alegría plena si no estamos en amistad con Dios, es decir, en gracia, sin pecados mortales.
El pecado mortal sí te hace perder tanto la vida terrena (porque no eres totalmente feliz) como la vida eterna.
Los mártires, en cambio, fueron bendecidos con una muerte terrenal gloriosa, similar a la de Dios.
Él que siendo todopoderoso quiso hacerse un pequeño humano, tendrá en cuenta tus ofrecimientos.
Lo que le ofrezcas con amor y por amor, es decir, con Él y también por Él.
Porque pequeños somos para soportar, insignificantes frente a Dios, solo unidos a Él se puede cargar la cruz.
Así es cómodo, no la llevas solo o sola. Además, Dios no te va a pedir más de lo que te da, Él adiestra a sus guerreros.
No tengas miedo mientras vas de la mano de tu padre, de tu salvador y tu consuelo.
Si le das tu vida, no en el sentido terreno, sino espiritual, el sabrá guiarte. Él te llevará de la mano.