¿Cómo Vencer Las Tentaciones Del Enemigo? Sobrevive En Unión Con Cristo

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En el mundo vamos a tener tentaciones a consecuencia del pecado original cometido por Adán y Eva, por ello, en todo momento hay que encomendarnos a Dios y pedir al Espíritu Santo que nos ilumine para no caer en tentación.

Si no creemos que existe el diablo, nos va a estar hablando continuamente, y vamos a caer fácil, no creer en él es ser presa fácil para las tentaciones. El diablo existe, pero no hay que tener miedo, porque Cristo venció a la muerte (al demonio).

El Papa Francisco dijo una vez que la clave está en hacer como si no escucháramos las tentaciones, porque si nos ponemos a pensar sobre ello, vamos a perder.

Cómo Reconocer Las Tentaciones

Si hace daño a un ser vivo, ahí está el diablo, Dios nunca le haría daño ni al hombre ni a cualquier ser en la tierra (sea o no católico) porque todo es fruto de su creación. 

A veces tomamos decisiones en las que alguien puede salir lastimado, y ahí un camino correcto es renunciar nosotros a eso que hubiéramos obtenido, porque nuestra meta número uno es obtener el reino de Dios.

Por otro lado, si el Diablo nos hace dudar de la palabra de Dios, habrá varios pecados. Cuando no entendemos una lectura es porque pensamos como humanos, nos hace falta conocer a Dios.

El poder de Dios va mucho más allá de lo que podemos imaginar, vemos una parte cuando nos salva, nos concede lo que pedimos, cuando miramos hacia atrás y nos damos cuenta de que todo pasa por una buena razón.

¿A quién le gusta pasar por malas situaciones? A nadie, ese es el motivo por el que hay otras religiones, lo primero que intentan hacernos creer es que los católicos «Estamos mal» y entonces la gente se cambia de religión porque no quiere estar mal.

Si una persona peca, duda de la palabra y se cambia de religión, otras personas se verán tentadas a criticar a un hermano bautizado.

No es bueno criticar a alguien que fue bautizado con el Espíritu Santo, aunque se haya cambiado de religión, porque en el bautizo recibimos a Dios, y es como si criticáramos a Dios.

Por las personas que se cambian de religión hay que rezar, pero no criticarlas, todos podemos caer en pecado.

Todavía no somos santos para no tener tentaciones, también los santos las tuvieron y solo no las tendremos cuando alcancemos la vida eterna.

¿Cuáles Fueron Las Tentaciones Del Diablo A Jesús?

Cuesta un poco creer que el mismo Dios fue tentado, y que el Espíritu lo condujera al desierto, pero todo tiene su razón en el inmenso amor que nos tiene y cómo pone el ejemplo para ayudarnos.

En Mateo 4, 1-11 se habla de dichas pruebas, la primera es que Jesús tuvo hambre, entonces el demonio le dijo «Manda que estas piedras se conviertan en panes».

Esta primera es la tentación de solo comer cosas que ofrece el mundo, o mejor dicho, dejar de lado lo que Dios quiere. Por eso Jesús respondió «No solo de pan vive el hombre».

En efecto, la necesidad de Dios sobre cualquier cosa es lo primero.

Para la segunda tentación, el demonio utiliza parte del salmo 91 (un canto precioso recomendado para la noche), que dice «Mandará a sus ángeles que te cuiden», causa curiosidad que hasta el demonio utilice las lecturas, ¿verdad?

Esta es la tentación de caer en lo práctico o en lo más fácil. Lo peor es que la consecuencia es doble, si Jesús le hacía caso, ponía en peligro su vida y tentaba a Dios. Se fallaba a sí mismo y al creador.

Para la tercera tentación, el diablo lo llevó a ver mucha grandeza en el mundo, y le dijo «Te daré todo esto si me adoras».

¿Cuántas veces nos ha importado más el mundo terrenal o el dinero? Jesús nos revela qué decir a esto: Amarás al Señor, tu Dios, y a Él solo servirás.

Las Mentiras Piadosas Siguen Siendo Mentiras

Esto se explica con un pequeño cuento, misericordia no es vivir pensando que todos somos buenos y no hay pecado, misericordia es Jesús muriendo en la cruz porque nos perdona y nos ama.

La misericordia es perdón, pero el diablo se aprovecha y se disfraza de perdón, haciéndonos pensar que lo que es malo no lo es tanto si es de cierta forma. Mentir siempre es malo, es faltar al mandamiento.

El Arrepentimiento Salva

Adán y Eva fueron expulsados porque no aceptaron su error, Dios fue comprensivo y les preguntó la razón por la que lo hicieron.

Pero Adán le echó la culpa a su mujer, y Eva le echó la culpa a la serpiente, claro que, la serpiente, al no poder hablar, no pudo echarle la culpa a alguien.

Nos cuesta mucho reconocer nuestros errores, esa es una zona de confort de la que si salimos, gracias a Dios, vamos a sentir una dicha divina al quitarnos tanto peso de encima.

Eso sí, después, más si vamos por buen camino, el diablo intenta mantenernos en pecado. Hay demonios que solo salen con ayuno, limosna y oración.

Además, es bueno tomar la ducha espiritual llamada confesión. Buscar pretextos para no confesarnos pesa más que nuestros pecados.

San Juan Maria Vianney era un confesor extraordinario y tenía experiencias muy fuertes con el demonio, tanto que hasta lo atacaba con golpes, y cuando ese tipo de cosas pasaban, al otro día llegaba a confesarse un gran pecador.

Al demonio le desagrada que nos quitemos su peso de encima porque no puede solo contra Dios, entonces toma eso que Dios ama (a nosotros).

Dios nos respeta tanto que nos deja elegir y respeta nuestra decisión. Ahora queda en nosotros no abandonar al salvador misericordioso que es Jesús, y sobrevivir a las tentaciones.

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