San Juan Eudes difundió la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y de María, por ese amor que tenía fue una persona compasiva y gran predicador.
Aplicó el consejo literal de la sagrada escritura, donde dice que si alguien te golpea en la mejilla, le presentes la otra.
Juan Eudes contaba nueve años, no reaccionó enojado cuando su compañero de juegos lo abofeteó, no devolvió el golpe.
También es muy interesante que su nacimiento fue gracias a una petición.
Sus padres llevaban dos años casados y no habían podido tener hijos, pero confiaron, fueron en peregrinación a un santuario de María, nuestra madre, y su oración tuvo muchos frutos.
Nueve meses después, nació su primer hijo: Juan. Y le siguieron otros cinco.
Los padres de Juan, cuando él tenía 14 años, querían que se casara y siguiera trabajando en la granja de su familia, sin embargo, él ya había hecho voto de castidad.
Ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1625, celebró su primera Eucaristía en navidad.
Muy poco tiempo después, enfermó al grado de que estuvo en cama, pero Dios tenía planes maravillosos para su ministerio.
Durante las plagas que iniciaron hacia 1627, se ofreció para cuidar a los enfermos.
Administraba los sacramentos y aseguraba que los fallecidos recibieran un entierro adecuado.
En 1633, comenzó a predicar misiones parroquiales. En cuanto acababa de predicar, se sentaba a confesar, porque «El predicador agita las ramas, pero el confesor es quien caza los pájaros», decía.
Las prostitutas, en su esfuerzo por convertirse, se encontraban en una situación difícil.
Durante algún tiempo, Eudes consiguió asilo para ellas en casas de familias piadosas, pero eso no resultaba adecuado.
Una mujer que había dado albergue a varias convertidas le dijo: «Ahora vas tranquilamente a rezar con devoción ante las imágenes y con ello crees cumplir».
Juan Eudes alquiló una casa para las prostitutas arrepentidas, en la que podían estar hasta que encontraran un empleo decente, unas religiosas visitandinas le ayudaban a administrar el lugar.
Después de mucha oración, Eudes pensó que el clero necesitaba reformarse antes que los fieles y había que fundar seminarios.
La nueva asociación fue fundada el día de la Anunciación de 1643, en Caen, con el nombre de Congregación de Jesús y María, sus miembros eran sacerdotes diocesanos y no estaban obligados por voto alguno.
El distintivo de la congregación era el Corazón de Jesús, en él, por supuesto, incluido místicamente el Corazón de María.
Eudes dedicó las capillas de los seminarios de Caen y Coutances al Sagrado Corazón.
Los Eudistas combatieron el jansenismo. Su orden fue suprimida durante la Revolución Francesa, pero reconstituida más tarde.
Este es un fragmento de su Tratado del reino de Jesús: «Debemos continuar y cumplir en nosotros los estados y misterios de Jesús, pedirle que los realice, lleve a plenitud en nosotros y en toda su Iglesia».