Es conocer y sentir a Dios no después de la muerte sino desde aquí en la tierra.
Vivir en plenitud, ser felices.
Porque no podemos dudar del amor de Dios, hay que amar y sentirse amados.
Dios ofreció su propia vida para que la tengas en abundancia. Dios es como el viento, lo sientes pero no lo ves.
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