Este tema es de mucha controversia. Lo primero, cabe destacar, hay tipos de aborto, el espontáneo y el provocado, aquí discutiremos el segundo.
Algunos no consideran que el bebé en el vientre sea un ser humano, otros consideramos que es una vida y hay que velar por él, aunque no haya nacido todavía.
Dios, el dador de todo lo que existe, se vale del hombre y la mujer para que sean sus colaboradores en la creación.
¿La mujer está en su derecho de decidir lo que hace con su cuerpo? Un asesino también decide matar, ¿pero tiene derecho? No, porque no es dueño de la vida.
San Juan Pablo II dijo en una charla a la juventud que el hombre puede construir un mundo sin Dios, pero ese mundo se volverá en contra del hombre.
Ocurre justo eso en la mujer que “decide” abortar a su bebé, quiera aceptarlo o no, se arrepentirá, porque cometió asesinato.
Tentada por el demonio, podría pensarlo, e incluso llegar a creer que está en su derecho, hasta que entra en razón y no hay bebé a quien pueda pedirle perdón.
Los problemas psicológicos y las contrariedades antes de llegar a ser padre o madre no son nada comparado al dolor de haber acabado con una vida.
Un bebé en el vientre materno está tan deseoso de vivir como nosotros. Lo que pasa es que viene el demonio, tienta, porque no le gusta la vida y hace a la madre y/o al padre terminar con ella.
El maligno no puede solo, decía el padre Amorth (exorcista del vaticano), que el demonio intenta actuar rápido porque tiene poco tiempo.
Tentados, los padres podrían pensar en sus dificultades económicas-sociales, por ahí actúa, en lo que es de este mundo.
Los seres humanos estamos en este mundo, pero no somos del mundo, estamos llamados a una eternidad plena y perpetua en amistad con Dios.
Las cosas del mundo son un distintivo de las tentaciones. “Mi situación económica”, “Podré disfrutar menos de tal cosa”.
No, lo de esta vida es un suspiro, y por salvar la vida terrena no se puede arriesgar la eterna. ¿Será difícil tenerlo? ¿Cuán más difícil será matarlo?
Así el bebé en el vientre materno venga con una deformación o una discapacidad, hay que confiar, en que por algo viene.
¿Cuánto te va a costar arrepentirte y constantemente pensar en lo que hiciste? Puedes caer en depresión ¿Cuánto rinde una persona deprimida en el trabajo?
Conozco una persona que perdió un hijo, en un aborto espontáneo, ella quería a su bebé, el feto murió en su vientre, tuvo otros tres hijos y ella piensa en ese que murió como un hijo más, aunque no lo conoció, se me hace un nudo en la garganta cuando se acerca a su tumba y dice “mi niño”.
Y conozco una persona que abortó, matando, porque no tenía apoyo ni de su pareja ni económico, y sigue pensando en ese feto, pero en vez de arrepentirse le reprocha a su pareja lo que hizo al abandonarla, supongo que para no culparse a sí misma.
Un hijo es una gran bendición y alegría, es un don de Dios, que se les da a los padres para que tanto los padres como el hijo regresen un día al paraíso.
Siempre, ante todo, hay que decirle no al aborto, sí a la vida.