La Misericordia Que Jesús Demostró y Sigue Regalando

conectamos con la cruz misericordia

En el primer Ángelus después de su elección, el Papa Francisco decía que la misericordia cambia todo y puede hacer al mundo menos frío.

La Misericordia es algo más allá del amor. A Diario hablamos de amor, y la misericordia es una de las pruebas del amor que Dios nos tiene.

Si ponemos un ejemplo, es parecido al amor de una madre; aunque su hijo haga cosas no agradables, siempre lo ama, e intenta que deje ese mal camino.

Jesús murió en la cruz para que nuestros pecados puedan ser perdonados, siempre que estemos arrepentidos. 

No hay mayor amor que dar la vida, por eso no debemos tener miedo. Hemos sido curados.

La Misericordia De Dios Es Infinita

Si no sabemos lo que hacemos y nos arrepentimos, tenemos la certeza que Dios perdona por medio de la confesión.

Aún después de sufrir con la cruz, Nuestro Señor pidió perdón por los que le dieron muerte, y por nosotros.

Para Dios no hay imposible, ni límites de su amor. Está dispuesto a darnos lo que necesitamos, lo que pedimos, siempre y cuando sea para nuestro bien.

Deja todo ese pasado que te entristece o te avergüenza en manos de Dios misericordioso.

Él, que da la vida, no ha dejado de caminar con nosotros; nos acompaña con su presencia viva por medio de los Sacramentos, entre ellos la reconciliación (confesión).

Cada Día Puedes Encontrar A Dios

Las tres de la tarde es la hora de la Misericordia, porque fue la hora en que Cristo murió, y el reino de Dios fue abierto para todos.

La gran promesa de Jesús es que a las almas que propaguen su misericordia, las protegerá por toda su vida, como una madre a su niño, y en la hora de la muerte no será juez sino redentor. Incluso si tus pecados son enormes.

Rosario De La Misericordia

A las 3 de la tarde, el rosario de la misericordia empieza con un Padre Nuestro, Ave María, y credo.

Después «Padre eterno, te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de mis pecados y los del mundo entero». Esto se repite en las cuentas grandes (o separadas de las otras).

En las cuentas pequeñas (o seguidas); «Por tu dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».

Si no tienes rosario, recuerda: son cinco misterios, así que puedes llevar la cuenta con los dedos de las dos manos que Dios te concedió.

Que la infinita Misericordia de Dios llene tu vida, a ti, y a tu familia. Nuestro Señor dijo a Santa Faustina: «Yo deseo que el primer domingo después de Pascua se celebre la Fiesta de la Divina Misericordia».
Quien reciba en este día los Sacramentos de la Reconciliación (confesión y cumplimiento de penitencia), y del Altar (recibir a Jesús Eucaristía), obtendrá la completa indulgencia de sus pecados y penas temporales.

«Nadie tenga miedo de venir a mí, aunque sus pecados sean los más enormes».

Escrito por

Suscríbete y Recibe la Plantilla de Diario Católico

Comparte lo bonito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *