El Espíritu Santo, que vino a nosotros en Pentecostés, después de que Jesús resucitó y ascendió al cielo, nos consuela e inspira sus siete sagrados dones.
Los dones del Espíritu Santo son cualidades que provee a los católicos bautizados para actuar conforme a la voluntad de Dios.
Da a cada bautizado dones especiales, según los cuales, la persona está llamada a dar frutos.
Son diferentes a los frutos del Espíritu Santo, en el sentido de que los dones son el regalo de Dios y los frutos son cómo respondemos a ese regalo.
Veamos cada don uno por uno, comenzando con el que pidió el mismísimo rey Salomón.
Don de Sabiduría
Se refiere a ver con claridad nuestro actuar para mayor gloria de Dios y comunicar el evangelio con nuestro testimonio.
Nuestro Señor Jesús dice en Mateo 10, 19-20 que no nos preocupemos de lo que vamos a decir, porque el Espíritu hablará por nosotros.
La sabiduría sirve en la tribulación, para ver con los ojos de la fe, y en la vida activa para actuar correctamente.
Don de Consejo
Ayuda a tomar decisiones, discernir entre las opciones para acertar nosotros y las personas a nuestro alrededor.
Los que tienen este don del espíritu, además, son personas que saben escuchar, son atentas en los detalles para dar buenos consejos y aceptarlos.
Juzgar con justicia las acciones, los caminos, a fin de ser luz para los otros y andar cautos con uno mismo.
Don de Inteligencia
Hay verdades reveladas particulares, que hacen comprender los misterios de Dios.
Quien lo tiene, puede profundizar en la palabra de Dios de una forma que alegra el corazón propio y de los demás.
A este don también se le puede llamar de entendimiento.
Don de Piedad
Nos invita a tratar a nuestros hermanos como si viéramos el rostro de Jesucristo en ellos.
Con sincero afecto y amor, sin esperar nada a cambio, salvo servir al Señor.
¿Cómo actuaría Jesús en esta situación? Esa respuesta lleva a la misericordia.
Si Dios es tan piadoso y yo siento su amor, ¿por qué no voy a tener piedad?
Don de Fortaleza
Una persona fuerte podrá ser una persona que ha pasado por situaciones difíciles, pero las ha pasado de la mano de Nuestro Señor.
El Espíritu Santo conoce el camino de la cruz que siguió Jesucristo, porque es un solo Dios, y así puede dar el don de fortaleza.
La fuerza que no es de este mundo, este don, ayuda a vencer las tentaciones.
Don de Temor de Dios
El don de temor de Dios hace reconocer la grandeza de quien nos creó, nos salvó y quien provee plenitud.
Al temer a Dios se reconoce nuestra pequeñez ante tan gran Señor, así nos abrimos a su gracia, porque nos reconocemos necesitados.
Además, recordamos que todo es para mayor gloria de Él, y tenemos cuidado de no caer en tentaciones a fin de no ofenderle.
Don de Ciencia
No se refiere a la ciencia de este mundo, sino a la ciencia de Dios.
Basándonos en los hechos, en nuestras experiencias de vida y siguiendo metodologías, Dios nos hace ver la verdad.
Es cuando se puede diagnosticar enfermedades, problemas y situaciones, para resolver conforme a la fe.
Conclusión Sobre Los Dones Del Espíritu Santo
Los dones son regalos invaluables que nos capacitan para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
Al cultivarlos y permitir que el Espíritu Santo actúe, podemos crecer espiritualmente y ser instrumentos de paz y amor.