La Delgada Línea Entre Ser Sociable y Ser Uno Mismo

Las personas somos seres sociales, aprendemos a hablar el idioma por escuchar a otros, aprendemos que algo está bien o mal porque lo escuchamos de los mayores.

Al estar rodeado de personas que ríen, es inevitable reír. ¿Qué pasa si estamos rodeados de personas negativas, de personas que juzgan sin conocer y que mienten?

Si vemos a diario a mínimo una persona mentir, nuestra mente automáticamente asume que esto es algo normal, y que si mientes cuando todo el mundo miente no está mal.

Todos tenemos errores, problemas y dificultades que hemos adquirido por la sociedad en que vivimos, y lo que hemos pasado.

Cada quien es diferente y único, tanto en físico como en pensamiento; podrás tener el lunar de tu padre, los ojos de tu madre, pero eso no te define como persona.

¿Entonces por qué dejamos que nos definan las personas a nuestro alrededor? Las personas, las mentiras y el miedo son cosas que no te definen, tienen un peso en ti si tú les dejas.

Nos encanta ver a las personas felices cuando nosotros estamos del mismo ánimo, es difícil aceptar a una persona triste cuando estás feliz, o aceptar a alguien feliz cuando sientes que el mundo se viene abajo.

¿Podemos convivir con ellos? sí, no los odiamos por estar de un ánimo diferente al nuestro, pero inconscientemente tampoco nos parece fabulosa la idea de que no estén como nosotros.

Encontrarnos a nosotros mismos viviendo en una sociedad es difícil, hay veces que podemos perder un poco lo que nos hace diferentes. 

Se torna más complicado cuando alguien habla mal de otra persona a sus espaldas, pues si tú vas a decir que alguien está mal, juzgarlo, hablar mal de él o ella en su cara, decirle que está haciendo las cosas mal…

Si vamos a hacer esto, primero deberíamos preguntarnos si nosotros estamos bien, preguntarnos si no juzgamos, preguntarnos si lo hacemos bien antes de afirmar que el otro lo hace mal.

Porque si nosotros no hacemos por otros lo que queremos que él o ella haga, estamos caminando con los ojos cerrados.

A veces no pensamos antes de hacer algo, porque mil cosas, sucede que estás con una multitud de amigos, te estás divirtiendo, dices lo primero que se te ocurre y tú mismo puedes hacer algo que no va de acuerdo a tu forma de pensar. 

Errores todos tenemos, y seguro que todos tenemos una interesante forma de pensar como para escuchar diferentes opiniones.

De la sociedad no solo podemos aprender a mentir y a juzgar, también podemos aprender a amar, a vivir, y a formar nuestro propio punto de vista.

Tu punto de vista es una elección, puedes elegir pensar como te lo plantean, puedes tomar un poco de ese pensamiento o puedes decir «no me gusta tu forma de pensar», pero todo con respeto.

Si amas a tu prójimo créeme que te será devuelto, ¿cuál es el chiste de solo amar a los que te aman? una persona que ame a quien la odia se merece respeto, y será dichosa por eso.

Si nos apartaran de la sociedad por completo desde nuestra infancia moriríamos más rápido.

Las personas son hermosas, aprendes mucho de ellas; es satisfactorio cuando aprendes algo que te nutre, y cuando no es así igual están aportándote vida, te están dando otra visión del mundo.

En resumen, ser sociable es difícil, pero es sumamente divertido. Tómate tu tiempo para salir y divertirte. Y que tengas un excelente día, tarde o noche.

Mari Ramírez Vásquez

Eres importante, publica tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 comentario en “La Delgada Línea Entre Ser Sociable y Ser Uno Mismo”