Descubre Por Qué Es Importante Hacer El Bien Sin Mirar a Quién y Dile Sí a La Compasión

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A muchos nos enseñan que «Hay que hacer el bien sin mirar a quien», sin embargo, no siempre nos explican por qué. La respuesta no solo es «Porque el odio es malo». Hay una razón fuerte.

Suponiendo que, en una pelea, alguien le da una cachetada a otro, y este se lo devuelve, tal vez la pelea termina de momento, pero queda algo y una de las partes dice «Me vengaré después».

Pasa el tiempo, la otra persona se vuelve más fuerte, obtiene su venganza, y entonces el otro busca lo mismo, se vuelve un círculo vicioso sin fin.

¿Vale la pena vengarnos? o ¿vale la pena ganar? La solución al problema es simple: no guardar odio en nuestro corazón.

Es una pérdida de tiempo estar buscando venganza, se puede volver hasta cansado. El problema real es que tenemos la solución a nuestro alcance y le decimos no.

Mateo 5, 38-48 «Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian», esta es una solución donde no somos las víctimas, sino que es un acto compasivo, gracias al cual se rompe el círculo vicioso.

Ganar la pelea no es algo extraordinario, no lleva a ser perfectos. La perfección solo se alcanza siguiendo al que es perfecto y aprendiendo de Él.

De pronto todos le pedimos milagros a Dios, queremos que tenga compasión de nosotros, y sin embargo nos cuesta hacer algo tan pequeño como saludar a alguien con quien nos llevamos mal.

Si no merecemos recompensa por odiar, entonces por qué lo hacemos, igual no vamos a ganar algo. Tal vez no ganemos una pelea, o un juicio, pero podemos tener compasión. A Nuestro Papá Dios esa virtud le agrada, y Él lo tiene todo para darnos.

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