Espíritu Santo Consolador, Haz Que Recordemos La Palabra De Dios

la santisima trinidad

Espíritu Santo, Tú que eres consolador llena de nuevo nuestros corazones con esa misma presencia del día del bautismo, de la confirmación y comunión.

Queremos que el Dios en nosotros crezca, porque sabemos que sin ti, Espíritu Divino, no podemos lograr todo.

Hay veces en que nos sentimos tristes, enojados, preocupados, o sentimos que algo nos falta, y es porque nos falta amarte más, sentirte con nosotros.

Tú has demostrado que también en esta vida Dios da bendiciones, y que la vida eterna comienza desde aquí si servimos al Señor.

Queremos servirte, desde nuestra familia y comunidad, necesitamos tu luz, tu amor; lo das a todos aunque seamos pecadores, pero hay veces que nos cuesta sentirte.

Ayúdanos cuando somos débiles y nos cuesta creer, nos cuesta ayudar, no nos damos cuenta que estamos ante una tentación.

No somos santos para no tener tentaciones, hasta el mismo Jesús fue tentado. Por eso te necesitamos, Espíritu Santo.

Con tu sola presencia nos puedes calmar, nos das una paz que no se obtiene donde sea.

Has llamado a algunos de nosotros para vivir en oración todos y cada uno de los días que nos regalas. 

Gracias por las vocaciones sacerdotales y religiosas donde también estás presente.

Espíritu Santo, Eres Uno Con Dios Padre Y Jesús

Adán y Eva pecaron ante Dios Padre, y la humanidad vino cargando ese mismo pecado hasta que Cristo Jesús, el hijo de Dios se hizo hombre y se dejó humillar para que se pudieran perdonar nuestros pecados.

Jesús, siendo Dios, quiso hacerse igual a nosotros, porque solo un buen Rey ama así a su pueblo.

Cundo cumplió su misión regresó a ti, Padre, que le enseñaste cómo predicar a los apóstoles, y las palabras de él también son tuyas.

Pero cuánto amor, mi Señor, que aun cuando te fuiste, te quedaste en el pan, el vino, en la palabra. Y con la venida del Espíritu Santo estás también en nosotros que hemos sido bautizados con ese mismo Espíritu.

Gracias, Espíritu Santo, porque nos ayudas a recibir la presencia de Jesús y la Palabra del Padre. 

Abrázanos para permanecer firmes en la fe, recordar y vivir la palabra que es alimento divino. Bendito seas.

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