La búsqueda de la vocación es un viaje espiritual y personal que lleva a cada individuo a descubrir su propósito en la vida.
Encontrar tu vocación se considera un acto de discernimiento guiado por la voluntad de Dios, una búsqueda que no solo conduce a la autorrealización, sino también a la mayor gloria del Creador.
En este viaje, es fundamental hacerse preguntas, explorar los talentos propios, estar dispuesto a escuchar la voz interior que nos guía hacia nuestra verdadera vocación.
Preguntas para discernir mi vocación
1- ¿Cuáles son mis dones?
Empieza por las actividades que te llenan de alegría y las habilidades con las que te sientes más competente.
Dios utiliza nuestros talentos para guiarnos hacia nuestra verdadera vocación.
2- ¿Cómo puedo servir a los demás?
La vocación católica está ligada al servicio, que se hace con amor.
Considera cómo tus dones pueden ser empleados para hacer una diferencia positiva en la vida de los demás y en la sociedad.
3- ¿Qué me dice Dios en su palabra?
Tener conexión con Dios es esencial en la búsqueda de la vocación, porque quién te conoce mejor que Él.
Lee la biblia, así sea unos minutos, te recomiendo sobre todo proverbios y sabiduría para empezar.
4- ¿Qué me dice Dios en la oración?
Es lo más importante. Al menos diez minutos con el Señor hacen la diferencia.
Para esto, pon tu corazón a disposición del Señor, escuchando a quien te creó, te ama, te quiere feliz.
El discernimiento es primero, luego viene la acción
Todo camino comienza con un paso.
La vocación implica salir de nuestra zona de confort y confiar en la guía de Dios.
Estar dispuesto a decir sí a lo desconocido es un paso crucial en el discernimiento de la vocación.
Porque habrá cosas que sabes, pero otras que el Señor todavía necesita trabajar en ti.
No tengas miedo, da un paso a la vez.
Por ejemplo:
Si el Señor te dice que tu vocación es la vida consagrada, acércate a un convento o al seminario, por preguntar nadie salió peleado. Y ya es un pasito de acción.
Si el Señor te dice que tu vocación es el matrimonio, pregúntate qué bienes espirituales tienes para ofrecerle a otra persona, conoce gente, di la verdad cuando alguien te guste.
Se trata de buscar dar un paso, y verás con claridad, irás descubriendo poco a poco, a través de más oración y de las personas a tu alrededor.
La vocación es algo entre tú y Dios
Va mucho más allá de qué dicen tus padres, tus amigos.
En definitiva, no es simplemente elegir una carrera o una profesión.
Se trata de descubrir el propósito que da sentido a nuestra existencia y contribuye al bien común.
Sea en vida laica, consagrada, pero sea con amor.
Al embarcarnos en este camino, nos acercamos a la realización de nuestro ser auténtico, al mismo tiempo que nos alineamos con el plan divino para nuestras vidas.
Porque solo Dios nos da la verdadera felicidad, y con Él no hay que temer.
Lo que tú no puedes, Él sí, por lo tanto, Dile Sí al Señor.