Ser luz para los que están a nuestro alrededor. Jesús es la luz del mundo, sin embargo, nos llama a llevar su luz. Estás invitado a escuchar la palabra o leerla con tus seres queridos.
La palabra de Dios tiene el poder de iluminarnos en los momentos en que no sabemos qué hacer o cuando creemos saberlo.
Oración personal: Señor Jesús, quiero hacer obras buenas inspiradas por Tu palabra, yo no soy mucho, pero contigo lo puedo todo. Te amo, y si con ser un buen ejemplo te doy gloria a ti, que eres mi Padre, seguro Tú me sabrás recompensar. Te pido que, animado por el ejemplo de San Pablo, me des palabras sencillas, déjame también convencer por medio de tu Espíritu y por medio de tu ejemplo. Bendito Seas.
En la fiesta de la Epifanía recordamos cuando los magos, siguiendo la estrella, encontraron al Mesías, que siendo Dios, hombre y rey, salvaría a su pueblo.
Ese pueblo no era solo Israel, sino todos los pueblos de la tierra. Dios quiere que todos encontremos la salvación y por eso es bueno elevar esta oración hacia Él desde el fondo de nuestro corazón:
Señor Jesús, te admiro por el gran misterio de la encarnación que envuelve tu divina primera venida, sabemos que también nos hace falta acercarnos a ti.
Así como aquellos magos que «Venían de oriente», sé que yo me he alejado, no soy perfecto, pero quiero ir hacia ti y ofrecerte obras que te agraden.
Quiero adorarte como mereces, pero soy pobre, a veces caigo y solo Tú puedes ayudarme.
Te pido que cuando no sepa qué hacer, me ilumines, que cuando no sepa hacía dónde ir me enseñes tus caminos.
Tú sabes que así como esos magos que venían de lejos, yo también me he alejado de algunos de mis hermanos y necesito regresar.
Dame fuerza para entender a las personas que son diferentes a mí, que los prejuicios no sean un obstáculo para escucharlas.
Fortalece mi corazón para reconocerte verdaderamente como Dios, hombre y rey en mi vida. Bendito Seas Señor.