Carlo Acutis pasó a la Patria Celestial a sus escasos quince años, pocos días después de ser diagnosticado con leucemia mieloide crónica, y fue beatificado el diez de octubre de 2020 en Asís, la ciudad italiana donde está enterrado. Si bien, con la beatificación no alcanza la santidad, es un escalón, y si Dios quiere, en un futuro será el primer santo millennial.
Dicha generación, de los que tocamos las primeras versiones de los teléfonos inteligentes, la generación Z, que creció con más tecnología, la generación X, a la que le tocó abrirse paso sin internet, todos, pronto tendremos a quien encomendar nuestro tiempo en redes sociales y demás plataformas digitales, pues Carlo Acutis, a su corta edad, mostró aptitud para la informática, sabía crear sitios web.
Curiosamente, un niño nacido en 1991, ya es un ejemplo de fe católica: Carlo rezaba el rosario todos los días, adoraba a Jesús Eucaristía, evangelizaba, incluso donaba sus ahorros y parte de su comida a gente necesitada.
Él decía que la Eucaristía era su autopista para ir al cielo, por ello, cuando fue diagnosticado con leucemia no temió ofrecer este padecimiento por el Papa y la Iglesia Católica, muy seguro de que le valdría para no pasar por el purgatorio.
Si te preguntas cuál es el milagro por el que será beatificado, la respuesta es esperanzadora: una curación se produjo en octubre del 2010. Había un niño formado en la fila para recibir la bendición con la reliquia de Carlo Acutis, el pequeño le preguntó a su abuelo qué debería pedir, y la respuesta fue dejar de vomitar.
El niño había sufrido una enfermedad del páncreas caracterizada porque una porción de dicho órgano abraza la parte del intestino que se conecta con el estómago, lo que impide el flujo de comida, provoca vómitos, y con esto último todo un desgaste físico.
Durante la bendición con la reliquia, el niño pidió dejar de vomitar, y desde entonces no lo volvió a hacer; sus pruebas médicas de febrero 2011 revelaron que estaba curado.
Venerable es Carlo Acutis, el ciber-apóstol de la Eucaristía, que alcanzó su meta en 2006, y vive en lo infinito, que es el Cielo.
Vayamos por la autopista segura, que es Jesús Eucaristía, y veamos, cuando Dios quiera, el lugar donde no hay enfermedad.
